El Instituto de Arqueología de Mérida, Centro de titularidad mixta integrado por el CSIC y el Gobierno de Extremadura, lidera la actividad transfronteriza “Revalorización de zonas arqueológicas mediante el empleo de técnicas no destructivas”, enmarcada en el proyecto RITECA II.
El objetivo central de esta iniciativa es doble. Por un lado, pretende optimizar los recursos empleados en el estudio y conservación del patrimonio arqueológico, limitando las actuaciones agresivas sobre los yacimientos. Por otro lado, persigue la creación, a través de este tipo de investigación, de recursos culturales en las comunidades locales, que eventualmente puedan servir como oportunidades para el desarrollo.
Los trabajos de campo y el análisis de datos se ha centrado en tres ámbitos principales: las ciudades romanas de Ammaia, situada en Marvao, y de Contributa Iulia, en Medina de las Torres, y la comarca de La Serena. En su desarrollo, el proyecto se ha centrado en la aplicación de una serie de técnicas ampliamente utilizadas en Arqueología, y cuyo denominador común es su carácter no destructivo: la prospección geofísica y superficial y la teledetección.
La primera de estas consiste en la aplicación sobre el terreno de diferentes sensores que registran propiedades físicas y químicas del suelo como son la conductividad eléctrica aparente o la resistividad eléctrica, que pueden indicar indirectamente la presencia de restos enterrados.
Por su parte, la teledetección posibilita la extracción de información sobre las características de la superficie terrestre, algunas de ellas inapreciables a simple vista, utilizando imágenes tomadas desde plataformas aéreas, como drones, globos aerostáticos o satélites. Fenómenos como el crecimiento diferencial de las plantas sobre los vestigios arqueológicos pueden aportar una imagen asombrosamente precisa sobre la forma y localización de estos últimos.
Además, la imagen aérea digital permite generar modelos para visitar virtualmente yacimientos o realizar reconstrucciones en 3D que ayuden al público no especializado a interpretar los restos que nos han llegado hasta el presente.
Finalmente, este estudio se completa valorando el potencial de la prospección arqueológica de superficie. Se trata en este caso de una inspección directa del terreno, registrando la cantidad y características de los materiales arqueológicos que afloran a la superficie, por acción del arado o la erosión. Esto permite localizar y estudiar las zonas en las que han existido actividades humanas en el pasado.
Todas estas técnicas son complementarias, de manera que cada una proporciona nuevos datos o confirma lo aportado por las demás, ofreciendo una imagen diferente de las zonas estudiadas. El principal interés de su utilización en sitios arqueológicos es que proporcionan abundante información de espacios grandes, limitando el recurso a métodos más agresivos para la conservación de los restos como la excavación, y reduciendo enormemente el coste material y humano.
Esta actividad forma parte del proyecto RITECA II (Red de Investigación Transfronteriza de Extremadura, Centro y Alentejo), cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), dentro del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Portugal 2007-2013 (POCTEP). Para su desarrollo se ha trabajado de manera conjunta con centros tecnológicos y de investigación tanto portugueses (Centro Interdisciplinar de Historia, Culturas y Sociedades y Departamento de Ingeniería Agraria de la Universidad de Évora), como españoles (INTROMAC y CICYTEX).
Entradas relacionadas
« CETIEX impartirá el curso de tecnología BIM organizado por la UEX para octubre. CTAEX participa en un proyecto europeo que trabaja en nuevos productos alimenticios con cualidades para ayudar a saciar el apetito. »