Extremadura diseña un centro de supercomputación para el futuro que se ajuste plenamente a los principios de funcionamiento que lo han consolidado como centro de proceso de datos avanzando, abierto y capaz de atender las necesidades de cómputo de investigadores, científicos, ingenieros y, en general, de todos los ciudadanos e integrantes del sector productivo.
La Fundación Computación y Tecnologías Avanzadas de Extremadura (COMPUTAEX), que se gestionan los supercomputadores Lusitania I y Lusitania II a través del Centro Extremeño de Investigación, Innovación Tecnológica y Supercomputación (CénitS), espera que dentro de una década sus instalaciones en la capital cacereña sean mucho más amplias y llenas de actividad porque así lo requiera la demanda de sus servicios tal como lo refrenda su trayectoria.
De momento acaban de sumar a su utilllaje tecnológico el Lusitania II, un nuevo supercomputador que, solo en capacidad de cómputo, es quince veces más potente que su hermano mayor, el Lusitania I, que tiene 1,6 Teraflops de potencia frente a los 23 de la nueva incorporación.
Uno y otro continuarán prestando servicios de comunicaciones avanzadas, almacenamiento masivo de datos o cálculo intensivo a cualquier organización que los demande, con la diferencia de que a partir de ahora podrán dar soporte a muchos más usuarios de forma simultánea.
Para el director general de COMPUTAEX, José Luis González, la puesta en funcionamiento de Lusitania II sencillamente viene a reforzar los recursos computacionales de Extremadura. “Contábamos con un singular supercomputador de memoria compartida y lo que hemos hecho ha sido incorporar un cluster de memoria distribuida y un nodo de cómputo que nos aporta precisamente esa cualidad que antes no teníamos, la de poder atender muchas peticiones en paralelo”.E
González subraya el cambio cualitativo que eso supone a la hora de enriquecer la carta de servicios que se puedan prestar desde CénitS. “ Nos va a permitir dar respuesta no solo a más proyectos de cómputo de manera concurrente, sino explorar territorios en los que antes apenas nos habíamos podido permitir pequeñas incursiones como los del Internet de las Cosas, el Big Data o el Cloud Computing, además, del de la supercomputación”, señala.
Pero, sobre todo, valora la incorporación al centro de las nuevas infraestructuras y recursos como una muestra más de la apuesta por una sociedad digitalmente desarrollada, sin dependencias del exterior y convencida de “la imprescindible necesidad de este tipo de instalaciones a la hora de garantizar la competitividad de las empresas a través de la innovación y el consiguiente desarrollo de la economía regional”.
De momento las cosas ya están cambiando para bien en el estatus de COMPUTAEX, que ya está integrarda en la Red Española de Supercomputación (RES), la más antigua y potente de las diecinueve que funcionan actualmente en el país, y que, a su vez, facilita el acceso a PRACE, la red europea de supercomputación. La idea, dice, es apoyar la fundación en unas estructuras bien dotadas no sólo de recursos tecnológicos, sino de personal altamente cualificado para conseguir desligarse de las ataduras externas.
De todas formas el proyecto de futuro que diseñan desde COMPUTAEX cuenta con una sólida plataforma de salida avalada por reconocimientos de todo tipo. Los más de setenta proyectos que ha desarrollado, o en los que ha colaborado desde su creación en 2009, han permitido inaugurar líneas de trabajo con las que los investigadores y las empresas extremeñas tan solo podían soñar hace unos pocos años.
Su labor, incluso, ha permitido a muchos de estos investigadores desarrollar su carrera profesional en Extremadura, que también supone un cambio en el signo de los tiempos para la región, y que, a juzgar por los resultados, ha supuesto un gran estímulo si consideramos que la fundación ha recibido en todo este tiempo cinco reconocimientos internacionales, un premio nacional y dos distinciones de alcance regional.
El equipo humano con el que cuentan es precisamente uno de los aspectos de los que más orgullosos se muestran en COMPUTAEX. Insisten en que gracias a sus ingenieros la fundación ha podido dar soporte a organizaciones y grupos de investigación de todas las procedencias y llevar a cabo sus propios proyectos de investigación gracias “a la calidad de sus propuestas, que han sido capaces de lograr la financiación que necesitan en concurrencia competitiva con otros centros tecnológicos y de investigación internacionales, que también acuden a este tipo de convocatorias públicas”.
De hecho la compra de Lusitania II tampoco ha supuesto el desembolso de ni un solo céntimo procedente de fondos regionales. La mayoría, un 80% de su coste, se ha financiado con fondos FEDER de la Unión Europea, y el 20% restante ha sido financiado con fondos propios de la Fundación captados de otras fuentes gracias a la excelencia de los proyectos presentados a este tipo de convocatorias a través de las que se financian las organizaciones dedicadas al desarrollo tecnológico.
COMPUTAEX a esta fecha puede presentar un bagaje de actividad sin duda alguna de gran calado. Puede presumir, por ejemplo, de haber aportado soluciones fruto de la investigación en muy diversos ámbitos: impacto medioambiental (industrias químicas, refinerías, irrigación); biología y medicina (cáncer, genoma, predicción de enfermedades, biodiversidad); Ciencias de la Tierra (estudios geológicos, predicciones de fuegos, etc.); agricultura (nuevas técnicas de reproducción, simulaciones de productos); diseño industrial (estructuras, puentes, aviones, coches) y predicción climática (calentamiento global, inundaciones), entre otros.
O puede presentar una hoja de servicios en las que figura haber colaborado con todo tipo de instituciones públicas o privadas en apoyo de proyectos científicos: Bilkent University (Turquía), Universidad de Montpellier (Francia), Universidad de Évora (Portugal), Instituto Politécnico de Portoalegre (Portugal), Instituto Politécnico de Beja (Portugal), Instituto Politécnico de Leiria (Portugal), University College of West Flanders (Bélgica), University College (Irlanda), Leeds Metropolitan University (Reino Unido), Technical University of Lisbon (Portugal), Riga Technical University (Letonia), Open Universiteit (Países Bajos) y Kajaani University of Applied Sciences (Finlandia).
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